martes, 5 de octubre de 2010

4 de Septiembre, el día que salté de un puente


Un soleado cuatro de septiembre, rodeado de 3 españoles y 7 chinas, nos fuimos hacia Longqinxia, un pueblecillo al norte de Pekín, a 1 hora en furgoneta. Dicen que es el Yangshuo del norte, pero ya le gustaría

Esto era una escalera mecánica:

Es que los chinos, ya de hacer algo, hacerlo bonito.

Una vez llegabas arriba, pasabas a un barco para pasear por el río entre las montañas. Alli Jara se enamoró de este gorro de oso panda:


En el barco venía un chino con barba:



Por el río vimos a un acróbata que se dedicaba a estar todo el día en esa cuerda:

Carles, chinos y paisaje

Finalmente llegamos a nuestro destino:


Éramos 4 quienes pretendíamos saltar, Jara, Lili, Javi y yo así que por ese orden fuimos subiendo, yo esperé abajo para hacerles las fotos a todos desde el que nos parecía mejor plano y esperé a que viniese Javi para cambiar la posición. Al saltar de último, quienes hacían fotos desde arriba no se dieron cuenta de que yo también saltaba, asi que no tengo fotos desde lo alto, ni vídeo de mi salto, porque Jara estaba peleándose con una avispa… así que no podréis oir como gritaba a pulmón abierto mientras caía: “JERÓNIMOOOOOOOOOOOOOOOOOOO”.



Nuestro jefe temía que ese día se quedase sin 3 becarios, gran fuente de ingresos, pero no fallaron los chinos, pese a no ir más agarrados que por un velcro a los tobillos, eso si, iba muy apretado eh!

Saltar es sencillo si no miras hacia abajo, porque si miras…mamasita! Asi que mirada al frente y p’abajo.


Para recogerte abajo está una chalanita y te buscan con un palo de bambú

Una vez soltada toda la adrenalina que se produce ante semejante evento, decidimos subir a lo alto de la montaña, y había bonitas vistas:


El rey de Longqinxia:

Debajo de mi sobaco puede verse la plataforma desde la que saltamos.

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