lunes, 3 de mayo de 2010

1 de Mayo, ruta en bici a Bai he Bao

Este fue un fin de semana de esos que tu cuerpo recuerda casi más que tu cabeza…
Salimos el sábado a las 7 de la mañana, Lucía, Diego (ICEX), Nancy (compañera de piso de Diego, china), Henry (novio de Nancy, francés) y yo.
Nos esperaba una furgoneta para salir de Pekín (unos 60 Kms) y nos dimos cuenta de la cantidad de chinos que habían tenido la misma idea que nosotros de escapar de la capital el fin de semana…qué exageración de coches…mi madriña.
Total que hasta las 10.30 no nos subimos a las bicis, una vez llegamos a las tumbas Ming. Así que con un par de horas de retraso y con unos 30 grados y bajo un sol de justicia me di cuenta de que no todos habíamos tenido la misma concepción de este viaje, o que desde luego no nos preparamos lo mismo para ello. Sinceramente todos infravaloramos la altura de las montañas a las que nos íbamos a enfrentar, pero algunos nos preparamos unos días antes en el gimnasio, y escogimos unas bicicletas adecuadas.
Yo llevé la bici de Jose, un compañero que le puso alforjas a la suya, y que se iba a Yunan este fin de semana, y la mía se la dejé a Lucía. Diego pidió prestadas una bici y unas alforjas. Nancy y Henry aparecieron con un par de bicicletas de paseo, y sin alforjas.
Empecé de coche escoba, un poco para ver qué ritmo llevaban mis compañeros (las bicis no me parecían muy adecuadas) y también para ir de coche escoba por si alguien tenía algún problema, y no tardó en llegar el primero…
A los 10 minutos de camino, empezaron las cuestas y a Nancy se le acabaron las fuerzas:


La bici blanca es la mía, la mujer de blanco es Nancy, recuperando folgos. Aprovechando, saqué alguna foto, pero la verdad no hubo muchas cosas interesantes, el paisaje era muy seco,


me recordaba bastante a Zamora, aunque a veces era similar(SALVANDO MUCHO LAS DISTANCIAS) al valle del Jerte con sus cerezos.


Esta iba a ser la tónica del día, una paradita cada 20 minutillos, después de ir a un ritmo bastante bajo/andando. Viendo lo que se me venía encima, decidí que a esas velocidades poca cosa le podía pasar a nadie, asi que tomé la delantera y de vez en cuando paraba a esperarles, tenía la firme intención de no hacer ni un metro a pié, para eso fui a clases de “Spinning”!

Estuvimos un buen rato subiendo y nos llevó lo nuestro hacer unos kilometrillos de nada. Así que cuando alcanzamos la cima, nos lo tomamos con calma:
El descanso del Guerrero…











Justo en la cima había unas señoras vendiendo frutos secos y además unos kakis congelados que nos sentaron de perlas! Era lo que necesitábamos para bajar con más energías! Y quizá fueron demasiadas pues aquí se demostró que las bicis de paseo no eran útiles ni para subir ni para bajar, pues a Nancy le fallaron los frenos y en una curva se fue de frente al coche que subía. Aquí entra en juego la suerte que dicen los chinos que te otorga cruzarte con una comitiva de novios recién casados, saliendo de Pekín nos encontramos 5 bodas. No pasó nada, pero el susto fue evidente. Bajamos hasta el pueblecillo más cercano y buscamos donde comer, con bastante acierto, pues el lugar que elegimos además de barato y rico, era su primer día como restaurante y su dueña extremadamente agradable, nos invitó a echar una siesta en sus camas (cosa que obviamente aceptamos, después de tanto sufrimiento!).
El local aun a medio terminar:


Total que reanudamos el camino a las 5 de la tarde, nos quedaban muchos kilómetros hasta el Lago Bai he Bao, que supusimos “cerca” y abarcable el primer día, y solo un par de horas de luz. Por el camino encontramos tramos de la muralla, pero en bastante mal estado

Bajando otra cuesta a Henry se le rompió el pedal, y mientras yo se lo arreglaba, Nancy decidió que no eran condiciones de hacer un viaje, asi que llamaron a una furgoneta y Nancy Henry y Lucía se fueron hasta el lago en ella. Diego y yo preferimos seguir en bici, pues era el objetivo original y con estas nuevas condiciones nuestra velocidad iba a aumentar bastante. Así continuamos hasta que la luz no era muy adecuada para circular por la carretera, pero si para hacer fotos:
A mi esta me gusta bastante.












Buscamos un lugar donde acampar, y este fue un huerto de árboles recién aradito, bastante cómodo. Descansamos lo que nos pidió el cuerpo y nos volvimos a poner en marcha, conscientes de que nos quedaba bastante por delante, pero al empezar con una bajada el día, nos animamos e impusimos un buen ritmo(lo que me hizo perder la ocasión de alguna foto decente y de lo que sigo arrepintiéndome, pues llegamos al lago antes de lo que pensábamos).
Por el camino preguntamos varias veces y es curioso la mala orientación y medida de las distancias que pueden llegar a tener, nos dijeron todo tipo de distancias…ya no nos creíamos nada. Por el camino nos encontramos unos cuantos ciclistas más, todos gente muy agradable y la mayoría (por no decir la totalidad) chinos.
Finalmente llegamos al lago Bei He Bao, que no era ni mucho menos una preciosidad, pero bueno, no era el asfalto de Beijing:

Comimos con los adelantados y nos volvimos para Pekín, que vaya odisea. Primero cogimos un bus hasta una pequeña ciudad a unos 70 kilómetros de Pekín, autobús lleno, casi, pero allí fuimos con bicis y todo:

Una vez bajamos de ese bus, otro show para llegar a Pekín, después de que nos intentasen timar por llevarnos, conseguimos una furgoneta enana! En la que nos metimos los 4 con las 4 bicicletas, íbamos como sardinillas en lata.
Un fin de semana increíble, en el que volvimos a ver las estrellas después de bastante tiempo. En el que vimos que, además de obras para la galería, China tiene carreteras sin casi circulación que se mantienen en muy buen estado, bien pintadas y con el firme perfecto. En el que, como dijo Diego, se rompió un mito sobre las bicicletas (el peso en la bicicleta no importa, que total va sobre ruedas). En el que me acordé del diseñador de sillines. Y en el que he bajado un kilito! Volvemos a la senda de los ochentaytantos en vez de los noventaitantos.
Y hoy lunes, por la mañana, Javi me ha invitado a ir a jugar al golf, ya que aquí no hay que ser socio, solo pagas las bolas, y él se ha comprado 14 palos por un precio irrisorio(no se cuanto cuestan en España, pero me huelo que bastante más que 140€ los 14). Así que allí me fui a hacer el ridículo…qué malo soy!
Bicos.

1 comentario:

  1. solo te digo q envidia es poco lo q siento!!!Q BIEN Q lo pasas cabrito!!!
    bicos gordos y sigue descubriendo rutas pa cuando vayamos,ok??

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