Excursión a la montaña Fenghua

Bueno, después del minisusto que nos dio Gmail estos días no permitiéndonos el acceso, parece que ha vuelto a la "normalidad", si funciona bastante mal el servicio de correo y ya el resto de funciones que tiene ni os digo.

El domingo decidimos hacer algo de turismo por los alrededores de Pekín, siguiendo el relato de un chico que parece ser que disfrutaba haciendo rutas por esta zona, pero o es que nosotros no entendemos su inglés, o es que hace mucho que los escribió y ya no tiene nada que ver o el chaval no tenía mucho gusto o mucha idea de lo que es "bonito".

Se nos echó el tiempo un poco encima, asi que en vez de enlazar buses y metros, decidimos ir en taxi...y nos comimos un atasco bastante fino que resultó ser culpa del concepto de "ceder el paso" que tienen los chinos, que básicamente es un "de aquí no me muevo, que yo quiero pasar primero"...pues lo gracioso de esto es que los coches involucrados eran todos de una autoescuela!!! (ver foto 1).

Llegamos a nuestro destino hora y media después de salir de casa, y llegamos a una montaña más gris que otra cosa...y supuestamente no era piedra, sino vegetales!

A los chinos les encanta encontrar similitudes entre la geografía y los animales...pero yo sigo sin encontrar el león en la foto 2, como mucho me imagino un mamut!

Había pequeñas cuevas con budas tallados en las piedras y nos llamó la atención algo que ya hemos visto otras veces, los palitos que ponen apoyados contra la pared, que a mi me parecen similar puntales, pero que aun no hemos sabido cual es el fin o la historia de tal colocación (03).

Desde lo alto podíamos ver Pekín y su boina de "nierda" (foto 04).Estuvimos allí sentados un ratito, descansando de la subida y cogiendo un pelin de colorcico. Descubrimos un "insecto palo" o similar escalando por mis piernas(05).

Para mejorar el día decidimos irnos a comer al coreano de Nanluoguxiang, que tiene una terracita muy maja y se estaba bien a gusto.(06)

Después de comer, fuimos a redondear la jornada con unos churros(creo que todos habéis visto ya la tienda) y unos helados y seguimos dando un paseillo, hasta casa, Maite y Diego nos quisieron enseñar uno de los hutongs que tienen en su zona y pudimos ver unos perros que estaban muy graciosos, pero pobrecillos...(07).

Otro día os contaré mi experiencia con las piscinas chinas, que tienen telita...