jueves, 16 de septiembre de 2010

Vacaciones de Agosto 1ª parte

Si no se empieza un viaje perdiendo algún medio de transporte, ese viaje no merecerá la pena...así que nosotros, como queríamos que mereciera la pena, lo empezamos con un buen sustito.

Después de 1 hora y 10 minutos de taxis, llegamos tarde al tren que nos llevaba a Taiyuan, donde tendríamos que coger un enlace hacia Pingyao, destino final de nuestra primera jornada de "Road Trip".

Calma, paciencia. Tiremos de todo el chino que conocemos y a ventanilla a negociar. Unas colas que ríase usted de las rebajas en Harrods, por lo que se preveía la imposibilidad de llegar en el mismo día a destino. Pero hete aquí el consejo de una abogada para que me creyese más chino de lo que soy y haciendo uso de un espléndido codo, me adelanté hasta el primer puesto y enchufé mis billetes: "quiero 6 para el siguiente tren, que este lo hemos perdido". Un poco de chulería a veces está bien y si dices las cosas con mucha seguridad, a veces y solo a veces, resulta que la china que tienes enfrente te devuelve unos billetes para el siguiente tren, que llega justo a tiempo para el enlace en Taiyuan...Por darle interés a la cosa no sabemos ni qué hacer!

3 horas de tren sin un sitio definido hacen que encontremos cómodos los huecos de las maletas, así que siesta va siesta viene donde cada uno buenamente pueda.

Llegada a Taiyuan y cambio de tren. Bajamos de 1ª clase a 3ª o 4ª, pero ahora tenemos asientos!

Pingyao nos recibe con una lluvia muy maja, y en su estación de tren una señora aun más maja, con un chimpín muy gracioso él!

Mientras cenamos arreglamos el mundo un rato y después a camita, que tenemos un día para ver la ciudad.

Y el día que tenemos es lluvioso...pero no podrá con nuestra alegría! Nunca!. Nos enfundamos los chubasqueros de colores y compramos paraguas y a caminar!

Casi no paró de llover en todo el día, así que a nuestra vuelta al hostal no pudimos hacer otra cosa que meternos todos en la ducha juntitos a recuperar el calor en los pies

Domingo 22, bien de madrugada 4.00 Am una furgoneta nos recoge en nuestra posada para llevarnos al aeropuerto. Una niebla muy intensa nos impide ver un palmo, creo que fue el viaje más tenso que he realizado nunca, pero finalmente llegamos bien y con tiempo suficiente para coger el vuelo a Guilin.

Cerca de 3 horas después llegamos a un paraje y un clima totalmente diferente. Un calor increíble nos recibía con nuestro contacto para llegar a Yangshuo, la tierra de Songoku. Llegamos al hostal antes de que nos tuviesen dispuesta la habitación, así que subimos a la terraza a contemplar las vistas mientras nos achicharrábamos y escribíamos la letra de Songoku en gallego en la libreta de visitas del Hostal. Cuando estuvo lista bajamos a dejar las cosas a nuestra habitación de 3€ por persona…de lujo!

Acto seguido negociamos las excursiones del día siguiente a los arrozales de Longjin y nos fuimos a dar una vuelta por Yangshuo.

Después del baño de sol nos fuimos a la pesca con cormoranes, no sin antes arrasar con los puestos callejeros, donde Nati demostró su buen estado de forma tras lo que se ha denominado como “pretemporada en Marrakech”

Esta foto no va aquí, pero me gusta

Nos gusta esto de ponernos por los puentecillos, de la siguiente hubo que hacer un par de fotos, que el fotógrafo no era tan rápido como en sus tiempos mozos (las chaaanclas!!)

No se sabe cuál es más pájaro de los 2…

Al día siguiente, otra vez bien tempranito, partimos hacia las terrazas de arroz. Por medio del tour nos la metieron doblada, y nos pararon en un pueblecito en el que las señoras tenían el pelo laaaaaaaaaaargo hasta los pies, y pretendieron que viésemos cómo era una boda. Un espectáculo para guiris, que no nos gustó, así que en medio de lo que se suponía que era la ceremonia (no se lo creían ni ellos), nos levantamos y fuimos a inspeccionar el pueblecillo, que era bastante más molón.

Poco después seguimos ruta hacia los arrozales, nos hicieron cambiar de bus, que aunque nosotros pensábamos que sería más pequeño porque la ruta sería difícil de hacer para el bus que llevábamos…era del mismo tamaño…ooootra tangada para los turistas…

Llegamos a destino y comimos antes de subir a ver los arrozales…si, se necesitaban las fuerzas, pues hubo que caminar un ratico, pero mereció la pena, mucho:

Vuelta a Yangshuo y cuando íbamos a cenar de repente cayó una de esas trombas que colapsa cualquier sistema de desagües…Nati, Paula, Julián y Noe llevaban paraguas, pero un par de listos no, y estuvimos esperando a que escampase metidos en una tiendecilla que creímos que iba a desaparecer en medio del temporal, pero no. Cuando vimos que aquello no pararía en algún tiempo, pedimos unas bolsas, nos quitamos las camisetas, las metimos dentro y a correr (íbamos en bañador y chanclas, así que aparte del revuelo formado por el par de guiris de pecho peludo, no hubo nada reseñable), cenamos como marqueses y volvimos al hostal.

Al día siguiente, como teníamos que marchar sobre las 13 al aeropuerto, nos levantamos todo lo temprano que nuestros cuerpos nos permitieron, alquilamos unas motos y a disfrutar del paisaje! Lo pasamos guay en las motos eléctricas:

Una vez devueltas las motos, camino al aeropuerto para ir a Hong Kong. En el aeropuerto, después de comer unos tallarines precocinados ligeramente picantes y ya un poco cansados de esperar a que pasasen unos chinos a los que les dieron prioridad, un listillo quiso saltar la fila de maletas, para hacer alarde de su potente salto, pero…con 15 kilos a la espalda no se salta lo mismo y apunto estuvimos de ver las manualidades de las que es capaz Nati(odontóloga, para evitar equivocaciones), por suerte no hubo que lamentar heridos.

Según llegamos a Hong Kong a toda prisa nos desplazamos hasta el paseo de las estrellas, para disfrutar del espectáculo de las luces, pero por desgracia, pese a haber llegado justo a tiempo de que empezase, lo habían anulado por las muertes en el secuestro de Manila (lugar al que nos dirigiríamos al día siguiente…pero como no íbamos a salir del aeropuerto, todos contentos!).


De todas formas, nos hicimos una serie de fotos, para inmortalizar la visita.

Como no, tuvimos que hacer todas las guiriladas que se nos pasaron por la cabeza:


Como imitar a don Bruce Lee

O meter las manos en las huellas de Jackie Chan:

Acto seguido y ya con una buena cantidad de cansancio acumulado, emprendimos la cruzada de bahía para dirigirnos a nuestro hostal y a encontrarnos con Henry, Javi y Janet, que se iban a llevar a Julián a su casa(de Henry), ahorro de costes cuando se pueda, como se pueda.

Para cruzar cogimos uno de los pocos medios de transporte que nos faltaban, tras haber ido en moto, furgoneta, avión, coche, tren y metro, en el mismo día, nos apuntamos al barco (porque no había helicópteros disponibles, que si nooooooo quizá cayese! jajá).

Llegamos a la isla de Hong Kong, fuimos a cenar, hicimos entrega del paquete (Sveeeeeeenson) y nos fuimos cada mochuelo a su olivo, que al día siguiente, otra vez, tocaría madrugar de lo lindo!

jueves, 9 de septiembre de 2010

redireccionando mientras

La siempre magnífica, artista como ella sola Noemita, ha redactado un resumen de las vacaciones bastante curioso y muy acertado, a disfrutaaaaaaar: